sábado, 28 de mayo de 2011

Capitulo 9.

El domingo me levanté temprano, ya preparado para ponerme a trabajar para la universidad. No podía concentrarme, ya que mi mente seguía analizando cada momento del día anterior, cada minuto con Gerard. Y cada vez que lo hacía sonreía. Era tan feliz, por fin las cosas salían como yo quería.
El grupo, My Chemical Romance, la universidad, Gerard... se podría decir que todo iba bien.
Conseguí sentarme en mi escritorio, sacar los libros y comenzar a hacer el trabajo. Intenté que mi mente no divagara, pero con poco éxito. Un poco más y termino haciendo el trabajo sobre Gerard.

El lunes comencé la semana y ya estuve esperando la llamada de Gerard, me acordé de la semana anterior, cuando también estuve esperando su llamada. Así que posiblemente no la recibiera hasta el viernes...
Aún así, pasé la semana pensando en él y mirando el móvil cada dos por tres. Echaba de menos más que nunca sus besos, tenerle cerca se convirtió en una necesidad como cualquier otra.
¿Que estaría pensando Gerard de mi? A lo mejor él no estaba tan preocupado con el tema como yo...
Pasaba la semana, martes, miércoles... y el jueves, estudiando en mi escritorio, me sonó el teléfono, era él.
-¡Gerard! -contesté feliz, sin aguantarme mi entusiasmo.
-Frank, tengo la semana muy liada, no creo que quedemos -me dijo secamente.
-Oh, vaya... bueno, pues ya nos veremos el sábado, ¿no? -contesté tristemente.
-No estoy seguro, Matt tampoco puede quedar este sábado y yo como te he dicho estoy ocupado, no sé si nos veremos -cuando dijo eso me desanimé muchísimo sabiendo que no iba a verle esta semana. ¿No tenía ni un solo minuto para dedicarse a mi? Era imposible...
-¿En serio? ¿Y cuando nos veremos? ¿No tienes nada, nada de tiempo? -le seguí insistiendo.
-Emm, pues la verdad es que no... tengo mucho que aclararme... Supongo que me entenderás, en cuanto pueda te llamo -estaba harto, siempre me hacía lo mismo, me dejaba con las ganas y sin entender nada. ¿Me quería? Todo eran dudas en mi cabeza.
-¿Qué me llamas? No sé porque pero creo que no lo harás -le dije seriamente y con un tono de enfado.
-¿Frank? Claro que te llamaré, yo...
-Sí, ya, Gerard. Yo también te quiero -era difícil que yo me enfadase, pero esta vez Gerard lo estaba consiguiendo, y bien.
-Frank... -susurró-Yo si que te quiero. Pero... Bueno, me tengo que ir. Ya nos vemos.
-Hasta pronto -y colgué. Inevitablemente lancé el teléfono contra el suelo y me eché sobre la cama enfadado, muy enfadado. Gerard era un capullo y yo estaba equivocado. Si que estaba solo jugando conmigo, no quería nada más. ¿Qué es lo que tenía que aclararse? Gerard era libre, sin preocupaciones, no entendía su extraño comportamiento. Pensaba en todas las posibilidades de porque me habría dicho eso. A lo mejor de verdad si que estaba pasando por algún problema, no conocía a su familia, quizás fueran problemas familiares.
Pero podría decirme algo, parecía que solo me estuviera dando estúpidas largas y yo quedándome como un tonto.
Conseguí relajarme y poner algo de música, pero no iba a dejar así a Gerard, y no me iba a dejar a mi con todas las dudas.
Después de pensarlo decidí ir el viernes a casa de Gerard, presentarme allí sin que él sepa nada, pillarlo de improvisto y ver su reacción. El Frank de antes de conocer a Gerard nunca se hubiera atrevido a algo así, pero estaba aprendiendo, y si no iba a su casa a hablar con él me quedaría siempre con la duda, y quizás él hasta se olvidaría de mi. Gerard era como un animal desorientado y salvaje, y quería estar yo allí para conseguir domesticarlo y para conocerle del todo, para resolver su misterio.
Gerard iba a ser mío completamente, yo le quería.

Por fin llegó el viernes e intentando controlar las ganas de no salir y quedarme en casa, me vestí, me arreglé todo lo que pude y me dirigí a casa de Gerard. Cada paso que daba alteraba un poco más mi corazón, pero por al fin llegué a su casa. Toqué al timbre.
-¿Frank? -preguntó Mikey abriéndome la puerta algo confuso -¿Qué haces aquí?
-Em, nada, bueno, vengo a ver a Gerard, tengo que comentarle una cosa... -le dije rápidamente. Mikey sonrió y me dejó pasar a su casa. Nunca había estado allí, solo en el garaje. La entrada olía bien, estaba decorada a tonos marrones y habían muebles bastante bonitos y raros. Mikey me indicó el cuarto de Gerard, de donde provenía fuerte música. Toqué a la puerta, pero nadie contestó. Así que directamente cogí el pomo y la abrí. La habitación estaba un poco oscura, pero había un foco que iluminaba el escritorio donde estaba sentado Gerard de espaldas a mi. No me oía, estaba cantando la canción que sonaba fuertemente. No identifiqué el grupo.
Me acerqué por detrás, estaba dibujando, y dibujaba bastante bien. Parecía un cómic.
No sabía como llamar la atención para se diera cuenta de que estaba allí, hasta que le toqué el hombro y se giró como si se hubiera asustado.
-¿Frank? -preguntó sorprendido, y acto seguido le bajó volumen a la música.
-Hola -saludé indiferente.
-¿Qué haces aquí? -me preguntó levantándose.
-Quiero que me digas que está pasando y que sientes -le dije claramente.
-¿Qué?
-Pues que te tiene tan ocupado para que no puedas quedar conmigo ni un solo momento -fui directamente al grano, no estaba aquí para perder el tiempo, solo había venido para saber la verdad.
-Ah... -desvió la mirada al suelo- He estado trabajando en unos dibujos para una serie animada... y... -se calló.
-¿Y...? ¿Solo eso te mantiene tan ocupado? -pregunté enfadandome, pero verle así, con el pelo tapándole la tímidez de su rostro hizo que me atenuara.
-Lo siento... Pero no quería verte -susurró.
-¿Porqué? -pregunté, apunto de ponerme a llorar al oír las crueles palabras de Gerard -¿Después de todo lo que pasó me dices esto?
-Si te veo solo pienso en ti, siempre, siempre pienso en ti -logró decir mirándome a los ojos. No supe que contestar. Estaba muy sorprendido y a la misma vez muy confuso. ¿Entonces Gerard sentía lo mismo que yo?
-¿Y te crees que a mi no me pasa? Oh, Dios, Gerard -le dije. Y no pude evitar acercarlo a mi y abrazarlo, él me devolvió el abrazo. Había echado de menos esa sensación, tenerlo tan cerca.
-Perdóname -dijo. No sabía que pudiera llegar a ser tan sensible -Pero he tenido que trabajar muy duro para unos dibujos muy importantes -señaló su escritorio -y mi mente iba a ti y terminaba dibujandote -sonrió.
-Te quiero -le dije entonces sonriendo. Él me devolvió la sonrisa.
-Pues... para que me perdones y aprovechemos todo el tiempo perdido durante esta semana, hoy te vas a quedar a dormir aquí, conmigo -propuso.
-¿En serio? -pregunté sonriendo.
-Sí. Vamos, llama a tu madre y díselo. Será... divertido -sonrió Gerard. Le hice caso, yo también deseaba pasar el mayor tiempo posible a su lado.

2 comentarios:

  1. Me estoy empezando a cansar ya de que nos dejes tanto con la duda, ¿sabes?!! xDDDDDD

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  2. jaja yo también estoy harta de la duda XD k harán en la noche??? O_O
    SALU2!

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