martes, 17 de mayo de 2011

Capitulo 5.

Una luz cegadora que entraba a través de la ventana me despertó. Me dolía tremendamente la cabeza. Incliné el cuello, Gerard seguía con su cabeza apoyada sobre mi, y mi brazo por detrás de él. Cogí el móvil de mi mesita con el otro brazo para mirar la hora, eran las once y media del mediodía. Volví a mirar a Gerard, me daba pena despertarle, pero yo ya tenía el brazo completamente dormido.
-Gerard, Gerard... -susurré intentado recostarme- Despierta.
No tardó en abrir los ojos.
-Oh... Dios... que dolor de... todo, ¿Frank? -dijo mientras intentaba levantarse. Consiguió ponerse bien y se sentó sobre la cama.
-Bebimos mucho ayer, ¿no crees? -le pregunté riendo.
-No lo sabes tú bien... ¿tienes alguna aspirina o algo por el estilo? Creo que me voy a morir -decía mientras se levantaba de la cama.
-Pues... supongo, ahora vuelvo. Ves cambiándote mientras -le dejé la habitación a Gerard, estaba pálido y ojeroso. Bajé a la cocina y me sorprendió mi madre. Mis padres estaban divorciados y en estos momentos había preferido vivir en casa de mi madre hasta que consiguiera algo de dinero y pudiera alquilarme algo.
-Buenos días, hijo -saludó mi madre- ¿Has dormido bien? ¿A que hora llegaste ayer?
-Sí, he dormido bien -si supiera con quien había dormido- Llegué sobre las dos o así... ¿Hay aspirinas? Me duele un poco la cabeza.
-Sí, en el armario de allí -fui a donde había señalado, cogí una aspirina y un vaso de agua y me la tomé, cogí otra para Gerard y volví a subir a mi habitación.
-Toma, aquí tienes -le dije a Gerard que estaba sentado sobre la cama ofreciéndole la aspirina y un vaso con agua.
-Gracias... -y se la tomó.
-Bueno, yo... Voy a darme una ducha. ¿Esperas aquí y luego si quieres... te acompaño a tu casa? -le pregunté.
-De acuerdo, Frankie -me dijo sentado sobre la cama poniendo cara de inocente. Cogí mi ropa y me entré al baño. Una buena ducha me ayudaría a despertar del todo y espabilarme.
Entré a la ducha y encendí el grifo. El agua caliente recorría mi cuerpo y lo disfrutaba como nunca, miraba hacía arriba cerrando los ojos para que el agua se deslizara por mi cara.
-Creo que yo también necesito una ducha -oí entonces en el baño, era Gerard riendo.
-Oh, Dios, Gerard... pues te ducharás después de mi. ¡Sal! -le ordené muriéndome de vergüenza.
-Vamos, Frank. Si ayer te lo pasaste bien conmigo... durmiendo juntos y eso... -murmuró.
-Pero... estábamos borrachos... yo no era consciente de lo que hacía -le dije desde dentro de la ducha poniéndome nervioso.
-Yo creo que sí... -de pronto Gerard abrió la cortina de la ducha y yo de un sobresalto me intenté tapar.
-¡Gerard! ¿Qué haces? -le grité-Oh, Dios.
Gerard se quitó la sudadera negra quedando de cintura para arriba desnudo. Por la cara que llevaba se sabía lo que pretendía hacer. Yo ya no sabía como taparme, mis manos cubrían mis "partes" y el agua seguía deslizándose en mi.
-Me estás asustando -le dije.
-No vamos a hacer nada malo... -susurró- solo déjame entrar.
Una parte de mi estaba diciendo "Vamos, Frankie, estás deseando estar cerca de él, quieres que se duche contigo y acariciarle..." pero luego, mi otra parte decía "¡Dios mío, Frank, apártate de ahí!¿Es esto lo que quieres? "
Gerard se bajó los pantalones y los calzoncillos, yo rápidamente desvié la mirada hacía abajo, y en la estrecha ducha Gerard consiguió entrar. No le importaba que yo estuviera allí, mejor dicho, le gustaba que yo estuviera con él en ese momento. Yo me puse mucho más nervioso de lo que estaba y rápidamente descorrí la cortina y de un saltó, movido por el nerviosismo del momento, salí, desgraciadamente resbalé y caí al suelo. Gerard se rió desde dentro de la ducha viéndome desnudo, mojado, tirado en el suelo.
-Bueno, pues ahí te quedas, tú lo has querido -me dijo volviendo a cerrar la cortina. Me quedé tirado en el suelo sin creerme aún lo que acababa de pasar. Me pensé en volver a la ducha aunque estuviera él dentro, pero decidí no volver a entrar por miedo, por vergüenza y timidez. Me había gustado ver a Gerard así... ¿me había gustado ver a un hombre desnudo? Cada segundo que pasaba cerca de Gerard estaba más confuso. Pero no podía decirle "no" a mis ganas de pasar tiempo con él y a su sonrisa.
"¿Entro a la ducha?" me volví a preguntar indeciso.

1 comentario:

  1. Joder, odio que me dejes siempre con la intriga! Jajajajaja Sigue cuanto antes, a ver qué pasa! xD

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