domingo, 31 de julio de 2011

Capitulo 18.

Conseguí dormir, tan solo pensando en Gerard. Soñé con Gerard, me tenía entre sus brazos y me besaba, en la nariz, como a mi me gustaba.
Al despertar, me di cuenta de que todo había sido un perfecto sueño, un sueño donde antes si se podía hacer realidad.
Pasé el resto del día intentando animarme, pensando en la tarde que me esperaba con Jamia. A las ocho de la tarde, ella pasó por mi casa para recogerme e ir juntos, yo ya estaba listo para entonces.
En seguida llegamos a aquel bar, a fuera había gente fumando y hablando entre ellos, entramos y dentro estaba de un modo parecido, había bastante gente pero el bar era grande y oscuro. Había un escenario al fondo, no demasiado amplio donde algunos chicos afinaban los instrumentos.
Nos sentamos en una mesa cercana al escenario y pedimos algo de beber, estar en compañía de Jamia hacia sentirme mucho mejor, pero aún así no podía dejar de pensar en Gerard ni un solo momento, ella sabía por donde estaba pasando y no paraba de intentar hacerme reír o sacarme tema de conversación, hasta que de pronto la puerta del bar se abrió y Jamia me miró con una extraña cara, como diciéndome que era mejor no mirar, pero entonces me giré. "Vamos, no me jodas..." pensé.
Gerard entró al bar y seguidamente un chico, de pelo rubio y largo. "No, no, es imposible"
Nada más entrar ellos me levanté, Jamia me miró.
-¿Vas a hablar con él? -me preguntó.
-Por supuesto... Va con un chico... Es imposible que de un día ya ni se acuerde de mí.
-Claro que se acuerda de ti. Lo habrá hecho... por joder -me intentó consolar.
-Ya, ya, por eso, iré a hablar con él.
Me giré hacia ellos y caminé hacia la mesa donde iban a sentarse.
-¿Gerard? -pregunté para llamar su atención.
-Oh, Frank, ¿qué haces aquí? -me preguntó como si nada.
-No creo que eso sea importante ahora -le dije señalando con la cabeza a su acompañante.
-Um... perdón, os tendría que haber presentado. Frank, él es Bert -Bert se acercó a mi y con una extraña y desafiante sonrisa me tendió la mano. Con mala gana le devolví el saludo.
-¿Puedo hablar contigo, Gerard? -le pregunté en voz baja. Me sonrió y le pude leer la mente "Te jode, ¿eh?"
Le llevé hacia un rincón alejado de Bert. Temí porque no me pudieran salir las palabras.
-Ya veo... ¿De verdad te has olvidado ya de mí? -le pregunté, contendiendome la rabia y tristeza.
-¿Porque? -rió descaradamente Gerard- Solo es un amigo... como tu Jamia, ¿no?
-Sí, Jamia solo es una gran amiga que me ha ayudado cuando tú has pasado de mí -le eché en cara.
-¿Verdad que sí? -volvió a reír-.Pues Bert también es un amigo, no significa nada si Jamia no significa nada para ti, pero por lo que veo sí. Ya que gritas su nombre cuando...
-Cállate. No sabes lo que te hecho de menos -susurré-.Odio que estés así conmigo.
-Tú te lo has buscado, ahora déjame. Si tanto te importo podrías demostrármelo.
-¿Cómo? -Gerard no me contestó, cerró los ojos y dando la vuelta se marchó hacia la mesa de Bert, les miré con odio, yo tendría que estar allí sentado, a su lado. En vez de eso volví a la mesa con Jamia, en seguida ella quiso hablar conmigo del tema y con algo de tristeza le conté lo que había pasado.
Pasé el resto de la velada apoyado sobre mis manos escuchando la banda que tocaba sin mucho entusiasmo. Gerard y Bert se fueron antes de que terminara el concierto, ni siquiera se acercaron a despedirse ni nada por el estilo. Me enfermé al imaginarme a los dos en casa de Gerard pasándoselo bien. Haciéndole lo que me hacía a mí, besandole en la nariz. No, no, no, era imposible. No podía ser tan capullo. Gerard no era así.
Nada más finalizar el concierto me fui a mi casa tras despedirme de Jamia. Su único consejo fue que si le quería le convenciese de que así era, porque según ella, él me seguía queriendo pero tan solo buscaba hacerse el fuerte.
Eran las doce de la noche, sí, pronto para un día de irse por ahí, pero no estaba de humor para nada. Era un pobre chico enamorado, enamorado de un capullo. Pensé en mandarle un mensaje al móvil de Gerard, pero conociéndole ni me contestaría. Tan solo me quedada echarme sobre la cama, y sabiendo que no me iba a conseguir dormir, me puse a pensar. Y darle vueltas al tema sin llegar a ninguna solución.
Puto Gerard.

1 comentario: