jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo 19.

Pasó la semana, tranquila y normal. La universidad como siempre, con la diferencia de que suspendí un examen por culpa de Gerard, no de él en cuerpo, sino, de mis pensamientos y preocupaciones hacia él. ¿Que haría con ese Bert? ¿Estarían saliendo? ¿Y si nunca más llego a besar a Gerard? Joder...
El sábado salí de mi casa con mi guitarra, hacia la casa de Gerard, se suponía que hoy teníamos ensayo, así que, a pesar de la relación que había en estos momentos entre Gerard y yo fui allí con la cabeza bien alta, (y con las piernas que me temblaban un poco).
Llegué a su garaje y como siempre, me abrió el mismo Gerard.
-Hola, Frank. Pasa -me dijo, yo entré, Ray estaba ya con su guitarra, Mikey y Matt igual con sus instrumentos. Todo normal hasta que fijé la vista en otra persona que no pintaba nada allí. Bert. Sí, Bert, el "amigo" de Gerard estaba allí, sonriente, mirando con sus ojos azules.
-Um, Frank, espero que no te moleste que este aquí Bert -me sonrió Gerard.
-Eres un verdadero cabrón -le susurré cuando estuvo lo bastante cerca de mí. No me contestó, tan solo sonrío más.
Intentando ignorar el tema empezamos a tocar todos mientras Bert solo miraba como un gilipollas. Dios, que odio le había cogido sin conocerle.
Matt fue el primero en irse, siempre era el que menos tiempo pasaba con la banda, después se marchó Ray. Yo, por una parte, quería irme, pero por otra quería permanecer todo el tiempo posible. Mientras guardaba a mi Pansy, Mikey se acercó a mí.
-Pero... ¿Gerard y tú no estabais... juntos?
-Tú mismo lo has dicho -contesté, bastante serio-. Estábamos.
-Um... ¿Qué ha pasado? Si puedo... saberlo -se interesó. Pero yo no quería contarle nada. No estaba de humor.
-Nada. Cosas... que pasan -me miró y supo que quería dejar el tema, así que se marchó por las escaleras hacia arriba.
Solo quedábamos Gerard, Bert y yo.
-Bueno... -suspiró Way-.Solo quedamos tres.
-¿Trío? -rió Bert después de darle un trago a una botella de cerveza que tenía ya casi vacía, Gerard le rió la gracia.
Con una mirada fulminante me puse en pie y agarré a Gerard hasta llevármelo a un rincón. Bert pasó de nosotros.
-¿A que juegas? -le pregunté-¿De verdad te gusta joderme así?
-No -rió.
-Has hecho una montaña de un grano de arena, ¿no te das cuenta? Creo que ya lo haces por diversión.
-No... Pero es bastante fuerte, que mientras yo estoy dándote placer, en vez de, no sé, gritar mi nombre, nombrar a Dios o un simple "Oh", nombraras a Jamia, de verdad, aún no lo entiendo.
-Joder, Gee... no sé que pasó... Te pido disculpas... -medio sollocé. Gerard se acercó a mi, mirándome a los ojos y me dio un beso, simple. Pero un beso.
En mi interior, sentí como mi corazón volvía a latir y la sangre circulaba de nuevo por mi cuerpo. Gerard rió.
-Que sepas que esto no significa nada. Te estoy poniendo a prueba.
-¿Qué? -pregunté, Gerard era un rompecabezas.
-No me sirve un perdón. ¿Cómo sé que no quieres a Jamia? ¿Porqué estabas con ella en el bar? No, no, no, Frank, hay que hablar menos y demostrar más.
Desvié la mirada hacia el suelo y con acto rápido volví a juntar sus labios junto a los míos, pero no fui correspondido.
-Quita. ¿Para ti es tan fácil? -me preguntó, con una mirada cruel. Noté mi corazón, parando, rompiéndose. Frío.
Se alejó de mí y volvió con Bert.
-¡Espera! -le grité. Se giró hacia mí-¿Él significa algo para ti? -le pregunté refiriéndome a Bert.
-Um... quién sabe -rió. Dios, ¿se puede amar y odiar a una persona a la misma vez? Hubiera matado allí mismo a ese gilipollas, y no hablaba de Bert.
Cogí mi guitarra y caminé para salir de allí.
-Ey, espera chiquitín -me dijo alguien antes de dar un paso más, y no era la voz de Gerard, era Bert. Con una voz sucia y borracha.
-¿Cómo? -caminé hacia él. Y él hacia a mí. No se que pretendía decirme. Se acercó a mi y me agarró del pelo acercándome bruscamente a él y a sus labios. Noté su lengua dentro de mi boca. Pasaron unos segundos hasta que me dí cuenta de lo que estaba pasando, rápidamente de un empujón me separé de él.
-¿Que mierda haces? -le pregunté muy cabreado y confuso. Él, sonriente, me agarró y volvió a repetirlo.
Y que hacía Gerard, ¿mirar?
-Vamos Bert, te estas pasando -rió él apartandome cogiéndome del hombro -.Es solo mío.
Le miré y se acercó a mi para besarme, yo le correspondí, me daba igual en estos momentos como me tratase, nada más quería sentir sus labios y sus besos. Bert me separó de él y se dispuso a besarle, no sé porque pero Gerard le negó el beso echándose hacia atrás.
-No, no, no, nada de besos -sonrió. No entendía nada. Parecía que fuera drogado o todo fuera un sueño, una pesadilla.
Bert no dejó de sonreír.
-Quiero un trío -dijo entonces, imitando la voz de un niño que llora por una piruleta.
Le miré con asco, yo tan solo buscaba sexo con Gerard. Di un paso hacia atrás.
-Creo que Frank no esta por la labor... -rió Gerard-. Y no es buena idea violarle.
-Bueno, bueno... Gerardito, pues me tendré que conformar contigo solito -sonrió picaramente Bert desabrochándose el cinturón.
"No me jodas" pensé. "Frank, sal de aquí ya" Hice caso a mis pensamientos y volviendo a coger mi guitarra salí con más velocidad que antes, Gerard me miró mientras me iba, creo que él también sabía que no era una buena idea dejarle allí con ese desquiciado. Bert estaba ya prácticamente sin los pantalones y Gerard mirándole. No quería ver a Gerard cayendo en eso, acostándose con Bert, ¿de verdad él sería capaz de hacerlo?
Me marché de allí reteniendome las lágrimas y con un mal sabor de boca.

1 comentario: