miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 21.

Jamia me ayudó hasta llegar a su casa. No había nadie dentro, tampoco le pregunté porque. Me ayudó a subir las escaleras hasta su cuarto, yo iba algo mareado, el alcohol que había consumido aún me estaba haciendo efecto.
-Ahora tranquilízate, Frankie, ¿sí? -me decía ella.
Me dejó sentado sobre la cama y me miró con dulzura. Como si acabara de encontrar un gato abandonado y le estuviera dando refugio en su casa, y más o menos, así era.
-¿Quieres algo de beber?
-Um... quizás un vaso pequeño de ron -contesté con los ojos cerrados.
-¿De ron? -rió ella-No tienes cara de que eso te guste... Ya deliras.
-¡Lo sé! -reí yo entonces-.Ven, siéntate.
Jamia se sentó a mi lado y me miró sonriendo.
-Primero el alcohol te hace hacer locuras, como ir a casa de tu... amigo. Y ahora, te hace delirar... Estas loco.
-Ya, pero todo eso no hace que te deje de gustar -sonreía yo.
-¿Cómo? -parecía confusa.
-Lo sé... sé que estas por mí -contesté sonriendo.
-No, Frank... te equivocas...
-No te preocupes, no diré nada -sonreí colocándome un dedo en sobre los labios, en señal de silencio.
-Frankie... relájate... Acuéstate y descansa -una pálida y sonriente Jamia me miraba con dulzura. Llevaba un largo pelo negro brillante.
-No, no, has hecho mucho por mí. Te quiero premiar.
-¿A qué te refieres?
-Tú, yo, cama, sexo -Jamia rió de pronto y se levantó.
-¿Frank, estás bien?
-Yeeeaaah. Es lo mínimo que puedo hacer, que te lo pases bien conmigo, esta noche. Vamos, quiero hacerlo contigo.
-Mira Frank... sí, te quiero. Eres el chico más especial del mundo, pero no voy a... aprovechar que vas borracho para acostarme contigo, sobre todo sabiendo que tú amas a Gerard. No me apetece -me contestó ella, empezando con una gran sonrisa y terminando con una total seriedad.
-¿Tienes condones? Bueno, aún así creo que yo llevo -le dije metiéndome las manos en los bolsillos rebuscando.
-Joder, Frank, no me ignores... -Jamia me agarró las manos y me las sacó de los bolsillos, me miró a los ojos.
-Entonces tú tienes, ¿no?
-Frankie, Frankie, Frankie... eres muy divertido borracho. Pero quiero que te relajes ya -me pidió-.Aunque con todo lo que has bebido... No estas acostumbrado, ¿no?
Agarré a Jamia de los brazos y la dejé caer sobre mí mientras yo caía sobre la cama, me acerqué a sus labios, y viendo que ella no negaba la besé. No permití que nuestras lenguas chocaran, en seguida me vino a la mente una imagen de Gerard, de con quien realmente me apetecía tener sexo.
-¿De verdad? -me preguntó ella.
-Gerard se acostó con Bert, si quiero, ¿porqué no puedo hacerlo contigo? -le pregunté mientras me desabrochaba el pantalón.
-¿Tan solo lo haces por despecho? -parecía dolida.
-No lo sé... pero lo quiero hacer, y ya está. Voy... borracho, ¿que más da? -le dije, sonriendo y comenzando a desabrocharle a ella la camisa blanca y desgastada que llevaba.
-Sí, pero al parecer piensas. Frank, tú no eres así.
-No me conoces, las personas cambian. Ahora me quiero acostar contigo, ¿hay algún jodido problema en eso? No te estoy pidiendo matrimonio, solo una puñetera noche de sexo -al final lo dije en un tono ciertamente cabreado y molesto.
Jamia se dejó caer a mi lado en la cama, pensativa. Quizás estuviera pensando si realmente lo quería hacer conmigo o no. Si era lista diría que no, ya que yo, más que nada lo hacia por despecho y como una especie de venganza. Yo de verdad quería estar con Gerard.
Sin pensar mucho más, continué bajándome los pantalones, tenía una pequeña erección, no sé si por Jamia o por pensar en Gerard. Yo era bisexual, así que había posibilidad, y posiblemente era, que Jamia me excitara sexualmente.
Me quedé con los boxers y la camiseta y me giré hacia Jamia.
-¿Lo has pensado? -le pregunté, todavía sonriendo. Me recordé a Gerard, con esa sonrisa "malvada" suya.
-Daría lo que fuera por acostarme con Frank, el Frankie dulce y cariñoso. Pero no con un Frank sucio y borracho. Y ahora mismo, al que tengo enfrente, es el sucio y borracho -contestó ella, seria y distante.
-De acuerdo, de acuerdo... -cerré los ojos-. Voy al baño.
Me levanté de la cama y aparté los pantalones vaqueros que había dejado sobre el suelo.
Ya se sabe lo que hice en el baño, aumentar mi erección, pensar en Gerard... y bueno, el resto se puede imaginar... No me sentí mal, ni sucio, quizás fuera porque iba demasiado mal para pensar más a fondo. Incluso se podría decir que lo disfruté, me excitaba más la idea de estar en casa de Jamia.
Volví a la habitación, Jamia ya se había puesto más cómoda, iba en pijama.
-¿Dónde... dónde dormiré yo? -le pregunté algo tímido por todo lo que estaba ocurriendo esa noche,.
-Como habrás comprobado la casa es pequeña. Y no tengo más habitaciones que esta, y lo siento, pero no te voy a dejar dormir con toda la incomodidad en el sofá. Puedes dormir conmigo.
Afirmé con la cabeza y me dejé caer sobre un lado de la cama, dejandole el restante a ella que no tardó en acostarse y poner las sabanas sobre nosotros.
-Buenas noches, Frank.
-Buenas noches.
Me encontraba durmiendo junto a Jamia en boxers, era interesante. Me giré y me pegué a ella, ella me miró y dejó un suave beso sobre mis labios, no fue un beso amoroso, más bien mostrando confianza y que podía contar con ella para lo que quisiera.

1 comentario: