lunes, 4 de julio de 2011

Capitulo 13.

Me desperté temprano al día siguiente, mucho antes que Gerard se levantara. Me encontré desnudo con Gerard apoyado encima de mi, con los ojos cerrados, durmiendo. La sabana nos cubría, al parecer no nos habíamos movido en toda la noche. Por un momento tuve miedo de que de pronto entrara Mikey a la habitación de su hermano y nos pillara así, ¿que le diría? Olvidé el pensamiento y me preocupé en saber la hora, cogí el reloj que había sobre la mesita de noche, las nueve y media de la mañana. Sí, para mi eso era bastante temprano.
Quería levantarme y vestirme rápidamente, escenas de la noche anterior me vinieron a la cabeza y no pude evitar sentirme extraño hasta que miré con ternura a Gerard.
Conseguí moverme un poco, dejando apoyada la cabeza de Gerard sobre el colchón y lentamente y con cuidado conseguí salir de la cama. Hacía bastante frío y más aún como iba yo. 
Cogí la ropa que había esparcida por el suelo y nerviosamente comencé a vestirme intentando no hacer demasiado ruido. Hasta que de pronto tropecé con la estúpida silla del escritorio y pegué un golpe. Observé rápidamente la reacción de Gerard.
-¿Frank? -preguntó abriendo cuidadosamente los ojos.
-Uh, perdón... -murmuré acercándome.
-¿Ya te has vestido? -preguntó comenzando a reincorporarse.
-Em, sí -reí.
-Jo... pensé que querrías repetirlo -dijo ya sentado sobre la cama, tan solo con los pantalones.
-Bueno, em, creo que no es momento -le dije con timidez sentado a su lado.
De pronto se tiro sobre mi haciéndome caer sobre la cama y comenzó a besarme sin dejarme respirar.
-Ge... Gerard -conseguía decir entre beso y beso.
-Vamos, ratita -me dijo metiendo la mano por dentro de mi camiseta.
-¿Otra vez? Eres incansable... -le sonreí.
-Si es que me miras con esos ojos y esa sonrisa, joder, Frank, no hay quien se resista -me dijo picaramente.
-¿Y si entra tu hermano y nos... pilla? -dije manteniendolo, ya que si lo soltaba comenzaba de nuevo a besarme.
-Bueno, no creo que pase nada. Tan solo se traumará un poco más -rió. Lo miré desacuerdo.
Volvió a acercarse a mi y a seguir subiéndome la camiseta, le dejé, pero mi intención no era llegar más lejos, tan solo juguetear un poco. Comenzó a besarme de nuevo, humedeciendo mis labios y jugueteando con mi lengua. Me echó la cabeza hacia atrás y besó mi cuello, notaba la humedad de sus labios y su respiración entrecortada. Me encantaba que hiciera eso, que recorriera mi cuerpo.
De pronto tocaron a la puerta, me sobresalté y miré a Gerard, él ni siquiera se inmutó y siguió saboreando mi cuerpo, la idea de que alguien estaba detrás de la puerta me excitaba el doble.
-Gerard, voy a entrar -dijo una voz, la voz de Mikey.
"Oh, Dios" me dije. " Esto va a ser divertido"
Mikey abrió la puerta y se detuvo cuando vio a Gerard sin camiseta tumbado sobre mi besándome el cuello.
-Oh, eh, per...dón -dijo Mikey sorprendido, no se esperaba esto para nada.
-Mikey, espera -dijo Gerard levantándose y riendo-. No te había oído, ¿que quieres?
-Eh, nada... no te preocupes, sigue con lo tuyo -dijo Mikey sin mirar a su hermano, giró y cerró la puerta al salir. Gerard me miró con dulzura y me tocó la nariz, cogió una camiseta del suelo y salió de la habitación.
-Vamos, hermanito, ven un momento, ¿qué querías? -dijo Gerard desde el pasillo, a los poco minutos volvió a entrar con Mikey cabizbajo detrás.
-Gerard, si estás ocupado... -dijo mirándome, yo le sonreí.
-Que no, que no, dime -le dijo su hermano.
-Solo quería pedirte una camiseta, las tengo casi todas para lavar -sonrió Mikey.
-Claro, coge lo que quieras -le dijo sonriente Gerard-. Y lo que has visto... espero que no te parezca mal.
-Oh, eh... no... uh... ¿estáis juntos? -preguntó eligiendo una camiseta.
-Sí -respondí adelantándome a Gerard. Mikey nos miró y tan solo sonrió tímidamente. Sí, por si no lo sabía su hermano era homosexual.
Mikey salió de la habitación cogiendo velocidad, supongo que para dejarnos solos.
-Ale, ¿contento? -me preguntó Gerard sonriendo.
-Supongo que sí, ha estado bien -reí.
Ahora me estaban volviendo a dar ganas de que Gerard se echase sobre mi y siguiese por donde se había quedado.

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