martes, 21 de junio de 2011

Capitulo 11.

Entré en la cama el primero, quedando contra la pared, luego pasó Gerard colocándose a mi lado sonriendo. Agarró seguidamente la sabana y el edredón y nos tapó por encima, incluso por encima de la cabeza. Yo no veía nada, estaba muy oscuro ya que la luz de la habitación ya estaba apagada y debajo de las sabanas aún había más oscuridad, a pesar de la negrura podía sentir a Gerard respirando muy cerca de mi y era como si  pudiera verle, aunque realmente solo podía apreciar una silueta.
Sentía que estaba sonriendo y yo por cada momento me ponía un poco más nervioso, tenía frío y de vez en cuando tiritaba. Gerard se dio cuenta.
-Estás... temblando. ¿Tienes frío? -me preguntó entonces.
-Em... bueno, un poco -le contesté dejando escapar una pequeña risa.
-Déjamelo a mi  -murmuró entonces. Sentí que se acercaba más a mi, si eso era posible. Y noté sus labios húmedos rozando mi cuello despacio. Cerré los ojos por el placer que me provocaba esa acción.
Gerard besaba mi cuello con cuidado, pasando por mi mejilla hasta terminar en los labios. Tranquilamente.
Enredé mis piernas entre las suyas y le seguí besando, dejando que todos mis sentimientos saliesen de golpe. Que Gerard supiese que lo amaba, que lo necesitaba. Le agarré del pelo, más bien dulcemente, con miedo.
Solo se oía nuestra jadeante respiración entrecortada por los besos.
De pronto noté la mano de Gerard introduciéndose en mis pantalones, me estaba empezando a excitar. Gerard continuaba besándome mientras introducía su mano en mis boxers, yo me estaba volviendo a poner más nervioso a la misma vez que notaba que mi pene comenzaba a enderezarse. La situación me estaba matando. Me costaba respirar y Gerard lo llevaba muy controlado. Él siempre sabía como matarme.
-Gee... -logré decir.
-Dime, ratita.
-Para... para... -le murmuré mientras notaba que Gerard llegaba a acariciarme el pene.
-¿No te gusta? -susurró inocentemente. Me lo imaginaba sonriendo como siempre lo hacía, como escondiendo un secreto, tramando algo, maliciosamente.
-No sé si quiero...
-Solo jugaremos un poco, ¿vale? -comentó dulcemente. Convenciéndome.
Así que sin contestar me dejé llevar por Gee sin estar demasiado seguro de querer hacer lo que pretendía Gerard.
Siguió metiendo la mano más entre mis piernas haciendo que me excitase por cada segundo, yo sentí que también quería excitarle a él, pero no tenía experiencia y no sabía como. Así que simplemente le desabroché la camisa del pijama, cada botón cuidadosamente dejando su pecho al descubierto mientras él me acariciaba mis partes y a la misma vez el cabello. Comencé a restregar mi nariz y mis labios por su cuerpo y a besarle, a oler cada centímetro de él. El sacó su mano de mis pantalones y con los dos brazos me intentó quitar la camiseta, consiguiéndolo. Si no hubiera estado tan excitado tendría frío, pero en ese momento, en mi temperatura corporal era en lo último que pensaba.
Gerard consiguió quitarme la camiseta del todo y la tiró al suelo, empezó a palparme el cuerpo y a besarme. A lamerme los labios y a meterme la lengua hasta notarla en el paladar.
Cada vez era mejor. Cada movimiento y sensación. Quería llegar lejos, pero por otra parte me daba miedo. No quería precipitarme, amaba a Gerard pero acabábamos de empezar. ¿No íbamos muy rápido? Yo solo había tenido relaciones sexuales una vez, y con una mujer. Hacerlo con un chico era muy raro para mi.
Gerard se metió más debajo de las sabanas y comenzó a bajarme los pantalones hasta conseguir quitármelos del todo con rapidez, yo tan solo le acariciaba y enredaba mis dedos entre su pelo oscuro.
Gee siguió acariciándome la espalda, las piernas... el cuerpo entero. No tenía frío por muy escaso de ropa que fuera. Me vino a la mente la imagen de él y yo en la ducha, desnudos. Ahora estábamos casi desnudos de nuevo, pero esta vez con mucha más confianza.
Siguió abrazándome y besándome, tiernamente y apasionadamente. Se quedó mirándome, no lo podía ver del todo, pero lo sentía. Enfrente de mi mirándome, me acerqué y le di un suave beso en la nariz.
-¿Quieres más? -preguntó Gerard con delicadeza.
-No lo sé... -contesté indeciso.
Gerard soltó una risita. Traviesa y dulce.
Apoyé mi cabeza sobre su pecho sin camisa y él pasó su brazo por detrás de mi agarrándome con fuerza. Seguíamos bajo las sábanas. Todo era perfecto.
-Si no quieres... no pasa nada -volvió a decirme con cierta tristeza.
-Te quiero -dije en un apagado grito-. Haz lo que quieras conmigo.
-¿Eso significa que sí quieres? -rió suavemente.
-Sí.
Gerard sonrió y seguí apoyado sobre su cuerpo esperando un siguiente movimiento.

1 comentario:

  1. AHHHHHHHH! como lo puedes cortar en un momento tan interesante! te mato XD Frankie no sebe ni lo que quiere y Gee es un poco pervertido pero dulce... k vendrá a continuación? XD me encanto este cap, tu sigue narrando detalladamente jeje

    ResponderEliminar